sábado, 26 de octubre de 2013

Mala Raíz

Marx nunca habló del “Estado Socialista”, José Martí sí; desde 1884, en “La futura esclavitud”, nos alerta del peligro que corren los Pueblos a manos del “Socialismo” de Estado:
Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes.
Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el Estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pluguiese al Estado asignarle, puesto que a este, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facultades necesarias para recabar los medios de cumplir aquellos.
De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él; y en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo.

De qué lado está Usted?


El némesis del proceso revolucionario cubano hay que rastrearlo hasta sus mismos orígenes, cuando se impuso un sistema caudillista, piramidal y centralizado (huérfano de las herramientas de control popular que ofrecen la democracia ciudadana y la transparencia en el ejercicio del poder), sistema que favoreció el nacimiento y florecimiento de una nueva clase, que pasó del oportunismo al empoderamiento, haciendo de la corrupción y las redes de complicidad su método.
La Democracia, en palabras de Rosa Luxemburgo, no solo es necesaria para la Clase Trabajadora; “es indispensable, porque sólo en ella, en la lucha por la democracia, en el ejercicio de sus derechos, es donde el proletariado puede llegar al verdadero conocimiento de sus intereses de clase y de sus deberes históricos
Con Democracia Ciudadana y Transparencia, el Pueblo cubano hubiera transitado un camino de auto superación Política y auto “conocimiento de sus intereses de clase y de sus deberes históricos” vía su Revolución, creando sólidas bases para la construcción de un Nuevo tipo de Sociedad, pero ese no fue el caso.
En lugar de empoderar al proletariado, al campesino, al ciudadano; el caudillismo utilizó al lumpen proletario como tropa de choque y abrió las puertas a la burguesía oportunista y falaz, como administradora plenipotenciaria de los bienes del Pueblo, la que aprovechó la oportunidad para infiltrarse por todos los resquicios del Poder con la doble moral y el doble discurso que la caracterizan.