Marx nunca habló del “Estado Socialista”, José Martí sí;
desde 1884, en “La futura esclavitud”, nos alerta del peligro que corren los
Pueblos a manos del “Socialismo” de Estado:
“Todo el poder que iría adquiriendo la casta de
funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación
privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas
razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios
enlazados por intereses comunes.
Como todas las necesidades públicas vendrían a
ser satisfechas por el Estado, adquirirían los funcionarios entonces la
influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o
beneficio. El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él para no tener
que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo
y en la labor que pluguiese al Estado asignarle, puesto que a este, sobre quien
caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facultades
necesarias para recabar los medios de cumplir aquellos.
De ser siervo de sí
mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los
capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios.
Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él; y en
ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad
entregaría todo su trabajo.