lunes, 25 de noviembre de 2013

Descalabrando dogmas

En pocos años, la Red Global, la Internet, será accesible desde cualquier lugar del planeta, a muy bajo costo, posiblemente gratis en muchos lugares; lo que le otorgará a esa Red tecnológica una condición Universal, asumiéndose, desde ya, como un Derecho Humano.

Ya hoy existen prototipos de gafas que, una vez conectado a determinados servicios de Internet, permiten ver, proyectado en el lente, lo que otra persona está grabando con una cámara colocada en el puente de otras gafas similares; compartiendo de ese modo, en tiempo real y de forma bidireccional, dos de los cinco sentidos conocidos (vista y oído).

De hecho hoy cualquiera puede compartir con todo el Mundo, en tiempo real, imágenes y sonidos con un simple teléfono celular “inteligente” conectado a Internet y muchos habremos experimentado interactuar con otra persona o grupo, dos o más eventos que ocurren en el mismo momento a miles de kilómetros de distancia uno del otro, en una teleconferencia grupal o una clase a distancia, por ejemplo.

El fin de año pasado, estando de visita en casa de un amigo, tuve una experiencia muy interesante; resulta que el amigo en cuestión y su hermano, que vive a varios miles de kilómetros de distancia, se conectaron por Internet de alta velocidad, con Skype, usando dos cámaras web y los televisores (enormes, por cierto) como pantallas o monitores; cada uno compartiendo las imágenes y sonidos del otro, e interactuando en tiempo real… resultó ser una experiencia impactante, pues casi podríamos decir que estamos en la misma fiesta, en el mismo lugar y momento, podíamos incluso contarnos chistes, conversar y hasta bailar con la música del otro… a kilómetros de distancia…

Muy avanzados están los estudios para lograr transmitir olores y sabores de la misma forma en que se trasmiten imágenes y sonido y la transmisión del tacto ya es casi un hecho que podemos constatar en las intervenciones quirúrgicas a distancia con asistencia robótica, por ejemplo.

En unos pocos años, mi amigo y su hermano, podrán compartir no solo las imágenes y el sonido en tiempo real, sino, también, los olores, los sabores y hasta la textura de los alimentos, en esa hipotética fiesta de fin del dos mil y algo… a miles de kilómetros de distancia el uno del otro…

Así, en muy poco tiempo, la Red Tecnológica Global permitirá a los seres humanos interactuar de formas que jamás habríamos imaginado.

Y, mientras la Red Tecnológica y las tecnologías asociadas que nos permiten interconectarnos se masifican o universalizan, también se vuelven más personal; hoy compartimos lo que vemos y oímos mediante tecnologías portátiles cada vez más sofisticadas, eficientes, pequeñas y personalizadas; mañana compartiremos lo que olemos, degustamos y tocamos… y en algún tiempo más, podremos compartir lo que pensamos y sentimos (miedo, amor, tristeza, alegría…)… siempre de forma libre, donde cada quién decide qué comparte y con quien lo comparte, o al menos es lo que debería ser…

Digamos que en un día de ese futuro cercano, Usted se encuentra alejado de su familia y desea comunicarse con ellos, como hoy utilizamos el teléfono, un chat o una video conferencia por internet; se coloca la tecnología, un casquete o lo que sea (o quizás ni eso sea necesario, pues podríamos llevarla siempre “puesta” o injertada en nuestros cuerpos) y “llama” a su casa… del otro lado su esposa o esposo le responde y ambos comienzan a compartir lo que el otro ve, escucha, huele, palpa, degusta y siente… más allá de los cinco sentidos, como si Usted hubiera entrado en el cuerpo y la mente del otro y viceversa… siempre que ambos estén de acuerdo y lo permitan, por supuesto…

¡Tremenda bronca!!!!!... dirán algunos; “¡No jodas!!!!”, dirán otros espantados…

Pues sí, eso no solo es posible tecnológicamente, sino que, en buen grado, ya es una realidad…

Pero, ¿estamos preparados?... ¿somos lo suficientemente maduros y honestos con nosotros mismos para asimilar tal transparencia?...

Y, lo más importante, ¿cuánto cambiarían nuestras relaciones sociales (o socio económicas, si les gusta más el término) ante tal cambio cualitativo en el Desarrollo de la Comunicación Humana?, y, ¿qué tanto afectará a la Conciencia Humana?

Nada podría ser ocultado, de hecho ya hoy pocas cosas pueden mantenerse ocultas por mucho tiempo… la paliza que recibe un disidente en la Habana de una turba enardecida o el bastón policial que revienta su rostro, serían “sentidos” literalmente por millones, en todo el Mundo, en tiempo real; el latigazo o la pedrada, el miedo o la ira, el dolor o la angustia… distribuido, replicado, amplificado… por millones de seres humanos…

Piensen lo que pasaría si el represor, el torturador o el que grita y golpea en un “acto de repudio”, amparado en el anonimato de la masa, pudiera sentir el dolor, el miedo, la angustia, la ira… del reprimido, el torturado, el vilipendiado… y digamos más, piensen qué harían esos que torturan, reprimen y vilipendian si quedaran al descubierto, de forma instantánea, en tiempo real, ante millones que observan-viven el acontecimiento en línea...

Quizás sea hora de que todos empecemos a ocuparnos más que preocuparnos, porque para allá vamos, “con prisa y sin pausa”… mucho antes de que el último de los Dictadores abandone esta vida… esa, sin dudas, será la gran Revolución de la Conciencia Humana…

Pero…

… ¿y si esa red tecnológica y la posibilidad de comunicarnos con otros seres humanos y transmitir nuestros sentidos, sentimientos y pensamiento, sin importar las distancias, ya existiera de forma natural… solo que, de alguna forma y por alguna razón, tenemos bloqueada la capacidad de acceder a la Red Natural e interconectarnos y solo podemos “intuir” que “eso”… está ahí?

Hay cambios que demoran una eternidad en producirse, otros se precipitan en un instante cuando las condiciones están creadas… a los primeros nos podemos adaptar, poco a poco; los segundos nos sorprenden y arrasan con lo que se interponga en su camino…

Claudio Fernández



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